Tanto Rusia como Ucrania son grandes exportadoras de materia prima, por lo que la producción y la venta de automóviles se está viendo afectada desde el inicio del conflicto.

Además, las sanciones económicas impuestas a Rusia tras la invasión están afectando a empresas que desarrollan parte de su producción en este país; como Renault o Hyundai, que cuentan con fábricas en suelo ruso.  

Por otro lado, son ya muchas las compañías internacionales que han suspendido operaciones en el país. Entre los fabricantes de coches que ya han dejado de vender en Rusia están  Volkswagen, BMW, JaguarLand Rover, General Motors o Volvo Cars.  

Así, aunque la decisión del cese de la venta de automóviles de estas marcas en Rusia afecte al sector, el verdadero efecto de la guerra está repercutiendo en el cese de las importaciones rusas a nivel internacional, que paraliza las líneas de montaje debido a la escasez de piezas, y en que se haya parado la actividad en todas las plantas de coches de marcas extranjeras en Rusia.  

Matriculaciones realizadas en España  

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La guerra ha ocasionado escasez en la exportación y en la fabricación en Rusia de importantes materiales como el paladio, utilizado en los vehículos de combustión como reductor de emisiones. Además, se dan otras consecuencias como la subida del precio del níquel, material fundamental en las baterías de los coches eléctricos.  

Uno de los principales desencadenantes de los efectos anteriores es la bajada del número de ventas y de producción de vehículos eléctricos en países como Alemania y Portugal. Submarcas internacionales como Cupra que actualmente se encuentra en periodo de lanzamiento con el Cupra Born han tenido que paralizar la producción de sus empresas; y así otras muchas.  

Volkswagen y Renault, entre las más afectadas  

El fabricante francés tiene en Rusia su segundo mercado más importante, con cerca del 30% de las ventas, por lo que la paralización de la producción en el país ruso lo deja en la estocada. Las consecuencias de la guerra le han dejado ya pérdidas de más de 4.000 millones de euros de valor de mercado.

Los efectos de la guerra ya se están viendo en grandes actores del sector, como Volkswagen, quien ya ha tomado la decisión de trasladar su producción de cableado en Ucrania a otros países del este de Europa, el norte de África, China o México; según han comunicado fuentes de Reuters 

¿Cómo afectan estas consecuencias a la movilidad eléctrica? 

La principal consecuencia va está relacionada con el retraso en la fabricación de los vehículos eléctricos, y, al igual que en los vehículos de combustión, la subida del coste de producción del los mismos y de sus baterías.  

Sin embargo, para un conductor de vehículo eléctrico, el bolsillo no va a sufrir estragos; al menos por ahora, donde en España los precios de recargar un vehículo de este tipo no han sido repercutidos en el cliente final. Actualmente, los precios del gas y de los combustibles fósiles aumentan, tanto por el impacto de la guerra, como por los factores que atañen a nuestro país.

A pesar de las consecuencias cruzadas que está pasando el sector del automóvil, el mantenimiento de un coche eléctrico sigue siendo una opción mucho más eficiente, sobre todo en estos tiempos, donde todo parece estar subiendo. En cambio, las empresas de emobility siguen dando numerosas facilidades económicas a sus clientes, logrando mantener un nivel de ahorro muy positivo para los conductores.  

Es cierto que la consecuencias geopolíticas actuales están afectando en menor medida en el sector de la movilidad eléctrica. Tanto es así, que en lo que llevamos de año, en España las ventas de este tipo de vehículos ya rondan los 7.000 coches. Esto, a su vez supone un 4% de la cuota de mercado, que en parte se debe al aumento de la oferta.  

Por el momento, el sector automovilístico, aguanta esta crisis ofreciendo a los conductores sus mejores productos.